Descubre la belleza del Ara Pacis: El antiguo altar de Roma 1
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Ara Pacis

Cuando uno piensa en Roma, probablemente evoca imágenes del Coliseo, el Panteón o el Vaticano. Pero hay un monumento menos conocido que encierra una historia igualmente fascinante: el Ara Pacis. Este impresionante altar, construido en el año 9 a.C., es un testimonio del poder y la prosperidad del Imperio Romano en el apogeo de su reinado. Fue encargado por el senado para conmemorar las victorias del emperador Augusto en la Galia y España, y sus intrincados relieves representan escenas de paz y prosperidad. Pero el Ara Pacis también ha soportado una historia tumultuosa, sobreviviendo a inundaciones, terremotos e incluso a los estragos del tiempo.

En la actualidad, es un símbolo del legado perdurable de Roma, y su belleza y significado atraen a visitantes de todo el mundo. Acompáñenos a conocer la cautivadora historia de uno de los monumentos más emblemáticos de Roma, el Ara Pacis.

El Ara Pacis se encuentra en el museo del mismo nombre. Fue encargado por el Senado en el año 13 a.C. para conmemorar el final de la guerra civil y el retorno de la paz al Imperio. El altar se terminó en el año 9 a.C. El monumento está decorado con mármol de Carrara, probablemente trabajado por artistas griegos debido a su gran calidad. Es la obra de arte más importante de la época de Augusto.

El Ara Pacis era un símbolo del poder y la prosperidad romanos, y pretendía demostrar la importancia de la paz y la estabilidad en el imperio. El altar también se utilizaba para ceremonias religiosas y desempeñaba un papel importante en la vida pública de Roma.

La obra cuadrada tiene en el centro un altar elevado, que una vez al año servía como lugar de sacrificios. En el altar se representa una procesión sacerdotal, con ayudantes y vestalinas. En los muros sur y norte se representa una procesión que tuvo lugar el 4 de julio del año 13 a.C.. En ella se celebra el regreso del emperador tras la campaña española. En ella está representada la familia imperial, según su rango. Entre ellos, Augusto con su esposa Livia y su yerno Agripa, que era el heredero oficial al trono en aquel momento.

En las paredes de la entrada hay representadas cuatro escenas mitológicas. En una pared, la diosa Roma sentada sobre las armas, a su lado la diosa de la paz rodeada de plantas. En la otra pared, el Lupercal con la loba y Rómulo y Remo, junto a Eneas que lleva un sacrificio a los Penates.

Los relieves son técnicamente perfectos y con la fina y detallada representación de la hiedra, los laureles, el vino y los pájaros, el Ara Pacis es una de las obras de arte más bellas de la antigua Roma. Los relieves del Ara Pacis pretendían transmitir un mensaje de paz y estabilidad. Representan escenas de abundancia, prosperidad y armonía, y celebran el papel de Augusto en la consecución de estas condiciones en el Imperio Romano. Muestran cómo Roma, tras el fin de las guerras, florece de nuevo en la paz recién creada.

Aunque el Ara Pacis se construyó hace más de 2.000 años, su significado se sigue sintiendo hoy en día. El altar es un importante símbolo del poder y la prosperidad romanos, y sigue inspirando a personas de todo el mundo.

El Ara Pacis es también un recordatorio de la importancia de la paz y la estabilidad en la sociedad. En un mundo a menudo lleno de conflictos y agitación, el Ara Pacis es un poderoso recordatorio de que la paz es posible y de que merece la pena luchar por ella.

Ara Pacis

Ara Pacis (Roma)